Estos dos bailarines se distinguen por llevar un mantón de Manila.
Este baile fue llevado a otros pueblos de Galicia, como por ejemplo Camariñas, por gente de Cariño que se trasladó a hacer su trabajo de marineros, como fueron los hermanos Crisanto, Andrés, Gervasio Martínez, los del "Peitudo", los del "Canteiro", etc. que se encargaron de llevar este baile por los distintos pueblos marineros.
Vinculada desde siempre a los marineros, la danza de arcos acompaña inexorablemente los festejos que se celebran en la villa.
Casi que todos los jóvenes del pueblo en alguna época de sus vida han formado parte de este masculino baile cariñés, aunque hoy en día la tradición se ha adecuado con naturalidad a los tiempos que corren, y la posibilidad de participar se ha abierto al género femenino.
Previamente a cada celebración, los arcos de madera son engalanados por los propios integrantes de la danza con los más vistosos colores, formando una hermosa serpiente multicolor.