Figueredo fue asesinada mientras se encontraba bajo custodia del Estado, recibiendo un disparo de un funcionario policial en el calabozo.
[2][3] Fue trasladada al Hospital General Eugenio Bellard de Guatire, donde llegó sin signos vitales.
La organización recogió testimonios de seis reclusas que permanecían en la celda,[4] quienes denunciaron que son «hostigadas y obligadas a mantener relaciones sexuales» con funcionarios del cuerpo policial a cambio de beneficios.
[2][5][6] La información también se la brindaron a los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
Según declaraciones aportadas por varios interrogados, había acuerdos entre policías y detenidas que eran sacadas de sus celdas en horas nocturnas para que tuvieran relaciones sexuales con funcionarios policiales, incluyendo a algunos detenidos en la sede.