Jugaba como delantero, su primer equipo fue Boca Juniors y el último antes de retirarse, Atlético Policial.
En la liga colombiana, construyó su reputación como un jugador carismático y controvertido que se metió en problemas más de una vez.
Al año siguiente, continuó jugando en el regionalizado tercer nivel, la Primera B Metropolitana con El Porvenir.
En 2008 cruzó el Río de la Plata y se unió a Durazno FC, club de segunda división uruguaya, donde fue parte del equipo hasta 2010, cuando puso momentáneamente en pausa su carrera como futbolista para convertirse en el director técnico del club.
Dado que el árbitro no intervino en ese momento, se levantó bruscamente y apretó los genitales Henao.