Con ingenio artístico, distribuyó cintas a cualquier persona interesada, acompañadas de cómics que él mismo creaba para servir como portadas.
Durante su primer año en la Abilene Christian University, se hizo evidente que Johnston padecía trastorno bipolar.
Un especial de MTV en 1985 y su participación en el South by Southwest en 1990 atrajeron la atención nacional hacia su singular talento.
Sin embargo, su carrera se vio afectada por episodios maníacos, como el incidente en un avión en 1990 que resultó en su hospitalización.
En 1988 viajó hasta Nueva York, donde se dio un concierto ampliamente destacado en colaboración con Sonic Youth en el club CBGB, otorgándole grandes conexiones con la escena musical alternativa de la ciudad.
A pesar de enfrentar desafíos de salud mental, Johnston colaboró con artistas como Yōko Ono y Metallica, aunque sus relaciones con sellos discográficos como Elektra Records fueron tensas debido a sus creencias religiosas y percepciones del control satánico.
Su legado perdura en la música independiente moderna, y artistas como Nacho Vegas han rendido homenaje a su influencia.