[5] No obstante, opositores al monje en 769 planearon una forma de descubrir lo que consideraban un engaño.
Wake no Kiyomaro fue al santuario para buscar un segundo oráculo que desmintió a Dōkyō, pidió que se mantuviera la sucesión dentro de la familia imperial y se retirase cualquier persona malvada de la corte.
Pero su sucesor sería su primo tercero el Príncipe Shirakabe (futuro Emperador Kōnin), del cual los cortesanos reclamaron que la emperatriz en su lecho de muerte escribió una carta designándolo como heredero, sin ninguna mención a Dōkyō.
Se cree que su tumba está ubicada en el templo Ryūkō-ji en la ciudad de Shimotsuke.
Debido a la fácil manipulabilidad que tuvo Dōkyō sobre la emperatriz, los cortesanos consideraron que las mujeres no eran aptas para gobernar y mucho menos ser emperatrices; solo esto sería revertido 900 años después con el ascenso al trono de la Emperatriz Meisho.