El Día del Señor

La expresión también puede tener un significado amplio al referirse a la primera y la segunda venida de Jesucristo.

Por esta razón son muchos los eventos que se profetizan para el Día del Señor, importante notar que el día judío comienza al anochecer por lo tanto se espera una etapa oscura (Amos 5:18) al inicio de esta era y luego el rayar del alba con La Estrella de la Mañana (Apocalipsis 22:16) seguido de la plena luz (Malaquias 4:2).

La referencia a un día específico como «El Día del Señor» se encuentra en Daniel 12:12, «Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días».

La frase también se utiliza en 1 Tesalonicenses 5:2 para referirse al rapto o para el regreso de Jesús.

[3]​ La frase alude a un juicio por recompensas eternas en 2 Corintios 1:14, donde dice: «somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús».

Estos fenómenos celestes también son mencionados en Joel 2:31, que predice el mismo orden preciso de los acontecimientos mencionados en Apocalipsis: La luna se vuelve rojo sangre y el sol se oscurece antes del gran día del Señor.

Kline argumenta que el «Día del Señor» mencionado en Apocalipsis 1:10 no es el primer día de la semana, sino que se refiere a «la entronización celestial ya realizada del Señor Jesús».

El Fin del Mundo , también conocido como El Gran Día de Su Ira de John Martin.