La curva de luz se suele construir a partir de luz de una región particular del espectro o banda fotométrica: por ejemplo banda B, con filtro azul o banda V, con filtro verde.
El estudio de las curvas de luz, junto con otras observaciones, pueden proporcionar gran cantidad de información sobre los procesos físicos que las producen o constreñir teorías físicas sobre ellas.
Desde la Tierra muy a menudo no es posible resolver un objeto pequeño de nuestro sistema solar, incluso con los telescopios más potentes, ya que el tamaño angular aparente del objeto es más pequeño que un píxel de una cámara CCD.
Por eso, los astrónomos miden la cantidad de luz producida por el objeto en función del tiempo (la curva de luz).
Observando los picos de la curva de luz se puede estimar la frecuencia de rotación del objeto, asumiendo que hay partes del objeto que son más brillantes u oscuras que la media.