[1] Al día siguiente se firmaba un alto el fuego en Minsk entre las milicias prorrusas y el gobierno ucraniano, acuerdo alcanzado gracias a la mediación del presidente ruso Vladímir Putin.
El presidente estadounidense Barack Obama prometió al final de la cumbre: «Los derrotaremos [a los yihadistas del Estado Islámico], igual que hemos derrotado a Al Qaeda».
La OTAN en este caso se limitará a colaborar en tareas logísticas, de ayuda humanitaria, inteligencia —especialmente sobre los yihadistas europeos que se han sumado al Estado Islámico— y adiestramiento.
«Todos estuvimos de acuerdo en que estamos ante una gravísima amenaza para la estabilidad regional que también amenaza la seguridad de todos», afirmó en referencia a la ofensiva del Estado Islámico el jefe del gobierno español Mariano Rajoy en la rueda de prensa que ofreció tras finalizar la cumbre.
[1] Se acordó la creación de una nueva Fuerza de Intervención Inmediata, integrada por 5,000 militares, dispuesta para ser desplegada contra «cualquier agresor potencial» cuyo cuartel central se situará en Polonia.