[1] Los Aváros recibieron tributo de estos panones romanizados y no los destruyeron porque deseaban obtener sus productos artesanales para su propia clase dirigente.
Esta cultura se desarrolló aislada del mundo mediterráneo neo-latino hasta que Carlomagno derrotó a los Aváros y encontró (como afirma el académico Roger Rémondon) "una población de lengua romance que practicaba la religión cristiana sin curas ni liturgia".
Esta vestimenta característica de los panones romanizados fue encontrada en las tumbas hasta principio del siglo noveno, cuando desapareció y los muertos empezaron a ser enterrados en forma idéntica a la de los Avaros.
Lingüistas (como el italiano Carlo Tagliavini) la consideran una lengua indoeuropea Centum, con probables raíces célticas.
Muchos topónimos en el área del lago Balatón tienen raíces en la extinta lengua de los panones romanizados.