Cultura de Iztapalapa

Los relatos que se presentan a continuación son del dominio público en algunas zonas de Iztapalapa.

Lo intentaron varias veces más, y lo mismo: no podían cargar con ella.

Muchos años después, a mediados del siglo XIX, Iztapalapa padeció una epidemia de cólera.

En agradecimiento, los iztapalapenses le construyeron un santuario, que sustituyó a la vieja ermita, y prometieron, como manda, representar en Semana Santa la Pasión, lo cual se ha venido haciendo casi sin interrupción desde aquella época (sólo fue suspendida por la Revolución).

Consiste en una formación de origen volcánico que se eleva desde 2,240 hasta 2,460 m s. n. m. En la parte más alta del Cerro se encuentra el Templo del “Fuego Nuevo” o Toxiuhmopolli, dominando visualmente a la Ciudad de México La solemne ceremonia: De acuerdo con las investigaciones, los colhuas fueron los primeros en utilizar la cima del cerro para realizar la ceremonia del Fuego Nuevo o; las fuentes históricas señalan que en este lugar se llevaron a cabo cuatro de estas ceremonias; en 1351, 1403, 1455 y 1507.

La última celebración prehispánica incluyó la inauguración de lo que fue llamado el suntuoso Ayauhcalli, mandado a construir por Moctezuma II en la cima del Huixachtécatl para dicha cebración.

Pronto decidieron quitar las rocas que impedían el acceso, hasta que se toparon con una puerta muy bella hecha de madera y en ella se encontraban talladas varias figuras de ángeles.

La fama del milagro se extendió a otras poblaciones cercanas, como Tláhuac, Zapotitlán y Milpa Alta, afectadas por la misma epidemia, y acudieron de todos estos sitios los enfermos a tomar el agua milagrosa de Tezonco.

Los campesinos no veían con muy buenos ojos la llegada de los avecindados, porque se robaban (dicen) los productos cultivados.

Los campesinos sembraban y los recién llegados se lo comían todo: calabazas, frijoles, elotes...

Y esto siguió pasando hasta que los últimos terrenos fueron fraccionados o vendidos a inmoviliarias para emplearlos en la construcción de unidades habitacionales.

Y esto es más o menos semejante a lo que ocurre en otras partes del país.

Además, se encuentran las fiestas populares que no tienen un matiz religioso, pero sí son sumamente significativas.

Estas celebraciones se comparten con el resto de los capitalinos, y por extensión, con buena parte del país.

Para ser elegido como actor, se necesita ser nativo de la delegación, y tener una conducta moral impecable.

Éste teatro en masa es también conocido en otras partes del mundo, lo cual genera la entrada de turismo en estas fechas.

Los camiones de carga que son robados para quitarles la mercancía, son llevados por un pasillo muy poco frecuentado que corre por esa unidad, sube por la colonia El Paraíso y desemboca en "El Hoyo", ubicado cerca del cráter del Cerro El Peñón del Márquez, al oriente de la Ciudad de México.

Por los dichos de los vecinos, se podría abonar a la existencia del triángulo "Tepito-Iztapalapa-Nezahualcoyotl".

A un costado del mercado Niños Héroes, en la sección ISSSTE de esa unidad habitacional, el aire se respira pesado alrededor de las 18:00 horas, que es cuando más se vende la droga.

Uno de esos, donde hay alcohol, prostitución "y algo más", es el conocido como "Las Lichas".

La última clausura ocurrió en febrero del presente año y duró escasos tres meses.

En meses pasados, la policía llegó y sacó del lugar a "muchos jóvenes en estado inconveniente".

En ese punto y sus alrededores hay mucha droga, según los comentarios de los vecinos.

Si los entrevistados son perredistas e integrantes del Comité Vecinal, la situación que en esa unidad se vive es "normal" y de "plena tranquilidad".

Una de ellas dice: "aquí todo ha cambiado, las autoridades están tomando cartas en el asunto".

Todos llevaban armas, rompieron vidrios, le pegaron al dueño y hubo amenazas de muerte.

Así y aunado al tiempo que tardan en el ministerio público, la gente prefiere no hacer la denuncia correspondiente.

Aquí los delincuentes se dedican frecuentemente a romper las lámparas del alumbrado público.

Un último punto es el que se localiza en la esquina del andador cinco y Fuerte de Guadalupe.

Ella misma, segura de lo que habla, orienta al reportero: "por ese andador no se vaya, es sumamente peligroso, atracan a cualquier hora".

Capilla de El Pocito, en San Lorenzo Tezonco.