Su propagación total culmina durante el reinado de Cuniberto o Cuniperto (688-700).
Los lombardos adoraron al Arcángel Miguel puesto le atribuyeron virtudes guerreras similares a la del Dios germánico Odín.
La devoción al arcángel fue una de las más arraigadas durante todo el Reino lombardo, le seguían Juan el Bautista, Jesús de Nazaret (El Salvador) en italiano y el Santo Guerrero San Jorge (San Giorgio) en italiano.
La conversión de los lombardos al catolicismo, proviene del arrianismo y del paganismo que ellos profesaban tras su ingreso a Italia, fue un proceso gradual durante todo el siglo VII acompañado de divisiones políticas e ideales al interior de la gens Langobardorum.
El proceso de conversión fue iniciado por la reina Teodolinda (589-626) y se apoyó a la obra del misionero irlandés Columbano de Luxeuil (Colombano di Bobbio) en italiano.