[10] Los rebeldes afirmaron que los ataques del Ejército se habían intensificado desde mediados de marzo.
Según los informes, los combatientes rebeldes estaban aumentando su fuerza en los barrios Qaboun y Barzeh para minimizar el riesgo del uso de armas químicas contra ellos, ya que probablemente causarían bajas en el Ejército que combatía a los rebeldes en espacios cerrados.
[14] Los combates también afectaron a la cercana ciudad de Jdeidit Artouz, que es predominantemente cristiana.
El OSDH declaró que unas 250 personas murieron durante los cinco días de batalla por la localidad, entre ellos 27 rebeldes.
[16][17] Un militante afirmó haber contado 98 cadáveres en las calles de la ciudad y 86 en clínicas improvisadas que fueron ejecutados sumariamente.
[19] El ejército documentó 190 bajas rebeldes durante la batalla y descubrió una fosa común en la ciudad que, según ellos, los rebeldes usaron para enterrar tanto a sus muertos como a soldados leales y simpatizantes civiles que hubieran matado.
Pese a contar con apoyo aéreo y de artillería, los rebeldes opusieron tenaz resistencia ante el avance leal.
En el barrio de Mazzeh, el primer ministro Wael Nader al-Halqi sobrevivió a un ataque suicida con coche bomba dirigido contra su convoy.
«Si no se unen bajo una sola bandera el régimen va a cazarlos, una brigada tras otra», afirmaba el mensaje.
Las fuerzas progubernamentales afirmaron que sus tropas capturaron las ciudades de al-Abbada y Ghraika, en Ghouta Oriental, pero no hubo una confirmación independiente.
Mientras tanto, proyectiles de mortero impactaron en Jaramana, una localidad en manos del gobierno.
El 14 de mayo, varias brigadas rebeldes, entre ellos el grupo terrorista Al-Nusra, se unieron temporalmente bajo el mismo comando y lanzaron la Operación Al Furqaan.
[30] Sin embargo, a principios de junio, aún se reportaba que la urbe estaba en manos del gobierno.
El ejército planeaba continuar su empuje hacia el oeste, acorralando a los rebeldes entre las fuerzas de avance y las áreas controladas por el bando leal en Damasco.
[34] Para el 30 de mayo, las fuerzas rebeldes en Ghouta Oriental estaban sitiadas y pedían refuerzos, temiendo que las tropas leales se estuviesen «preparando para cometer más masacres».
Según el OSDH, el coche bomba fue seguido por impactos de cohetes lanzados disparados por rebeldes.
La misma situación se daba en Barzeh, donde los rebeldes repelían exitosamente a las tropas de al-Assad.
Los rebeldes confirmaron que todavía estaban rodeados en Ghouta Oriental y sin posibilidad de escape.
el bando leal también lanzó una gran ofensiva en otros distritos de Damasco y sus alrededores.
Tanques T-72 rodearon el distrito, mientras que este fue bombardeado por artillería posicionada en terreno elevado en el centro de la capital.
[55] Al día siguiente, otra emboscada del ejército, cerca de Adra, se saldó con 62 rebeldes muertos y ocho desaparecidos.
El Ejército entró en Irvine, Harasta, Jobar, Zamalka y Ain Tarma, pero sin tener el control total.
Las acciones comenzaron en la madrugada y se extendieron por todo el día, produciéndose enfrentamientos fuera de la ciudad.