La imagen del Cristo data del siglo XVII y procede de Portugal, siendo llevada a Lanzarote por la familia Betancort Ayala.
La escultura es de madera policromada de color verdoso, dándole un aspecto original y único en la época, y una cabellera natural que cuentan fue cedida por una feligresa en agradecimiento a una petición satisfecha.
[3] Según la leyenda popular:[4] "Un barco con destino a Veracruz (México) naufragó en el norte de Lanzarote, por las inmediaciones de Famara, donde se halló un cajón con el Cristo en su interior y se cuenta que la madera de este cajón se utilizó para parte del retablo principal de la ermita.
En cuanto al Cristo, se intentó por tres veces enviar a su destino y no hubo forma de hacerlo, pues cada vez que se embarcaba rumbo a México, se formaban grandes tormentas impidiendo la salida del barco.
Por lo que se supo que era su voluntad morar en la isla y se optó por dejarlo en Teguise, la villa capital de Lanzarote por aquella época".