Allí duerme su eterno sueño el arquitecto que tanto amó a esa provincia.
El cementerio está ubicado hacia el sudoeste de la antigua ciudad y está construido sobre una colina artificial (castillo preinca) de forma cónica llamado cerro Huansakay.
Trasponiendo la puerta principal, esta el primer piso o primera plataforma del cementerio con sus cuarteles a ambos lados del pasaje de 2,95 m de ancho que contiene el inicio de la escalinata labrada en piedra para conducir al segundo piso.
Estos cuarteles contienen nichos que datan a los últimos años del siglo XIX.
El segundo piso, al que se sube por un ancho pasaje con escalinatas de piedra de granito labrado, también tiene sus cuarteles a ambos lados del pasaje que contiene el inicio de la escalinata labrada en piedra granito para el tercer piso.
El cuarto y quinto piso son similares al tercer piso o plataforma, superpuestos unos sobre el otro y comunicados por amplios pasajes con escalinatas de piedra labrada.
Visto desde el aire, los pasajes en el cementerio y el paseo de cipreses darán la imagen de una cruz de 260 m × 142 m Para concluir con la maravillosa obra del arquitecto Ruska, a fines del año 1964, los funcionarios de la Benefiencia Pública Eduardo “Godoy” Vergara Alva y el profesor Raúl Olivera buscaron al afamado escultor Filomeno Melgarejo Malpica, nacido en Yungay, para que dejara un recuerdo imperecedero para su pueblo.