Cristóbal II de Dinamarca

Su nombre está relacionado con el desastre nacional, ya que su mandato terminó en una disolución casi total del Estado danés.

Eric Menved se enteró de esto, sin embargo, y en 1315 tuvo Cristóbal que huir del país.

Empezaron atacando en Escania sin éxito, pero cuando Eric Menved murió en 1319 sin dejar heredero, Cristóbal estaba listo.

Ningún obispo podía ser encarcelado, exiliado, ni multado sin la aprobación del Papa; ningún tribunal secular podía juzgar a cualquier eclesiástico, ninguna tierra o propiedad de la Iglesia debía pagar impuestos; los nobles podían aumentar las tarifas o rentas de los campesinos, y no podían verse obligados a luchar en el extranjero u obligados a pagar para equipar soldados para combatir en el extranjero; el rey tenía la obligación de rescatar a los nobles capturados dentro de un año; los impuestos pagados desde el reinado de Valdemar Sejr, ya fueran nobles o de la Iglesia iban a ser suprimidos, pero las deudas del reino debían ser pagadas.

Puesto que no podía exigir a los nobles eclesiásticos o daneses, él recaudó impuestos desastrosos sobre los territorios y campesinos alemanes.

En 1331 Cristóbal intentó utilizar un conflicto entre los condes Gerard y Juan uniéndose a este último, que terminó en una clara derrota militar en Dannevirke.

Bajo los términos del acuerdo entre los condes, a Cristóbal se le permitió retener el título de rey, pero en realidad no tenía poder alguno.

Se le dio una casa sencilla en Sakskøbing en Lolandia, pero incluso eso fue quemado por los mercenarios alemanes.

Cristóbal fue encarcelado en el castillo de Aalholm en Lolandia, donde murió un hombre arruinado y abatido al siguiente año.

A su muerte Dinamarca dejó de ser un reino formal, y durante los siguientes ocho años fue sometido por varios acreedores hipotecarios al gobierno militar alemán.