Mendoza afirmó que había sido injustamente despedido de su trabajo, y exigió una audiencia imparcial para defenderse.
[4][5] Las negociaciones (que fueron transmitidas en vivo por la televisión y el internet) se llevaron a cabo durante diez horas y se rompieron drásticamente, cuando la policía arrestó al hermano de Mendoza, incitándolo a abrir fuego.
El conductor del autobús logró escapar, y declaró que «todo el mundo está muerto» ante los reporteros de prensa antes de ser llevado lejos por los policías.
[8] Los gobiernos de Filipinas y Hong Kong llevaron a cabo investigaciones independientes sobre el incidente.
[9][10] El asalto montado por la policía, y la resultante tiroteo, han sido ampliamente criticado por los expertos como «fallido» e «incompetente».