El Crepúsculo se empezó en la fase siguiente a la reanudación de los trabajos a la sacristía, en 1524, tras la elección de Clemente VII en el solio pontificio.
El Crepúsculo, o Puesta del sol está visto como una personificación varonil, semireclinada y desnuda, como las demás estatuas de la serie.
Esta tuvo como modelo, quizás, las divinidades montañosas y fluviales que se encuentran en el Arco de Septimio Severo en Roma.
Si su colgante, la Aurora se encuentra en el momento de despertarse, el Crepúsculo debería en consecuencia, acostarse.
Tiene el cuerpo distendido con una pierna sobrepuesta a la otra para darle mayor dinamismo, un brazo suavemente apoyado sobre la pierna para sujetar un velo que recae posteriormente, y el otro puntiagudo con el codo plegado para sostener la figura, cuyos miembros parecen a punto de reposar cansadamente.