Costanza Bonarelli

Aunque su padre pertenecía a una rama 'pobre' de los Piccolomini, ya que trabajaba como simple empleado, el nombre y la asociación con el clan noble fueron cruciales en la identidad de Costanza, a quien por este motivo en las fuentes siempre se la llama Signora.

Por tanto, en esa fecha la obra tenía que ser conocida y de disfrute (relativamente) público.

Todo esto mientras el marido de Costanza trabajaba para Bernini en la basílica más sagrada del cristianismo.

Gianlorenzo se volvió loco de celos cuando descubrió que hermano Luigi también tenía un romance con Costanza.

Su madre, Angélica Galante Bernini, relató al cardenal Francesco Barberini en una carta datable en el otoño de 1638[4]​ como su famoso hijo, creyéndose «amo del mundo», había amenazado a su hermano Luigi con una espada y le imploraba que la ayudara a calmar su ímpetu.

Las cortesanas fueron a menudo víctimas del crimen, algo que el jurista Prospero Farinacci describe como «atrox et grave delictum».

Matteo nombró heredera universal en su testamento de 1649 a «la Señora Costanza Piccolomini mi amada esposa».