En algunos ejemplares no hay puerta: en este caso, se accedía mediante escalera de mano.
Se colocaban en zonas con pendiente evitando que el muro diera sombra al interior.
Por lo general, la ublicación era a media ladera, "ni muy metido en el valle ni a mucha altura, porque la niebla tarda en levantar del fondo pola mañana y llega enseguida al alto pola tarde, y la niebla es mala enemiga de las abejas".
[7] El cortín cayó en desuso hacia los años 60 del siglo XX con la introducción de las vallas electrificadas o "pastores eléctricos".
En Boal la llamada "Ruta d´os calíeiros, cortíos y molíos" incluye algún cortín, aunque no muy bien conservado.
En este concejo hay cortinos perfectamente conservados y que se siguen usando para la producción apícola.
[9] Continúan cumpliendo realmente su función, ya que en la zona la presencia del oso es abundante.
Estos ingenios podían estar destinados a ahuyentar al oso: era el caso de los "mazones" o "mazapilas" -producen ruido intermitente- o de las cuerdas a las que se ataban objetos metálicos que hicieran ruido si pasaba el animal.