Cornelio Fabro

Fue, además, uno de los primeros estudiosos del existencialismo, e introdujo en Italia la obra de Kierkegaard, que tradujo directamente del danés.

Posteriormente dedicó su atención a los problemas típicos de la filosofía: Dios, el alma y el mundo (esto a través de rigurosos estudios sobre la historiografía cristiana).

Sin embargo, nunca dejó de lado el diálogo intenso y la confrontación con la filosofía moderna.

Estudió el pensamiento de figuras como Kant, Hegel, Marx, Heidegger o Sartre, "no sólo para someterlos a una crítica severa, sino también para recoger aportaciones que pudieran enriquecer o estimular el pensamiento clásico", según observa un comentario publicado tras su muerte en L'Osservatore Romano.

Tradujo y comentó obras de Kierkegaard haciendo ver la profunda inquietud religiosa del que era considerado antecesor del existencialismo contemporáneo.