La madera es resistente y densa (hasta 0,92 de densidad relativa en ejemplares adultos).
Requiere mucho sol, pero tolera aceptablemente bien el frío una vez que la germinación ha tenido lugar.
Los juveniles no forman palmas hasta haber cobrado cierta altura, mostrando en primer lugar hojas lineales o lanceoladas, finamente dentadas y desprovistas de cera.
El tronco de los ejemplares adultos se usa en la industria maderera para cortar postes para líneas telefónicas y eléctricas.
En Paraguay se está estudiando a C. alba Karanda’y en su aptitud como cultivo para biodiésel.
Como la planta Copernicia alba es abundante en Paraguay, especialmente en la zona del Chaco, se usa, aunque sea un poco más dura que el palmito normal.