El convento de Santo Domingo era un edificio religioso sito en Vitoria, ya desaparecido.[1] Este habría emprendido su construcción y Pedro Ochoa la retomó catorce años después de su muerte, en 1235.[5] Dos incendios, acaecidos en 1240 y 1427, destruyeron el archivo del convento, así como la antigua fábrica.[1] Sus capillas eran once y un crucero: sobre el sitio del altar mayor hubo frescos de decoración.[2] En la capilla del noviciado existían tres grandes cuadros, bien conservados pese al paso de los años.