Convento de Mínimos de la Victoria (Segovia)

Eran estos señores propietarios de las casas que habían sido de Mencía del Águila, que dieron al convento.

Su edificio pasó a ser teatro bajo diversos nombres: Principal, Victoria y Miñón.

El convento, ya desaparecido, estaba en la calle de la Victoria, a la que daba nombre.

[1]​ Una vez exclaustrados los frailes mínimos que allí residían, el lugar acogió un teatro.

[2]​ Aparece descrito en Las calles de Segovia (1918) de Mariano Sáez y Romero, en el epígrafe dedicado a la calle, con las siguientes palabras:[1]​ En el siglo XXI, apenas quedan ya las ruinas.

La antigua iglesia del convento reconvertida en restaurante.