Su rango cronoestratigráfico abarca desde el Santoniense hasta el Maastrichtiense (Cretácico superior).
Contusotruncana incluía especies con conchas trocoespiraladas, de forma espiroconvexa; sus cámaras eran inicialmente subglobulares y finalmente angulares, seleniformes y en ocasiones cóncavas en el lado espiral; su contorno era redondeando o lobulado; sus suturas intercamerales eran incididas y rectas en el lado umbilical, y curvas o sigmoidales, y elevadas y nodulosas (carena circumcameral) en el lado espiral; su contorno ecuatorial es lobulado; su periferia era truncada y bicarenada, con las dos carenas separadas por una banda imperforada; en las últimas o últimas cámaras puede ser reducida a una sola carena; su ombligo era muy amplio, ocupando a veces la mitad del diámetro de la concha; su abertura principal era interiomarginal, umbilical, protegida por un sistema de pórticos, formando una pseudotegilla, que cubría la mayor parte del ombligo y provista de aberturas accesorias proximales y distales; presentaban pared calcítica hialina, finamente perforada, con la superficie generalmente lisa en el lado espiral y finamente pustulada en el lado umbilical.
[5] Durante muchos años, la mayor parte de los autores utilizaron el nombre genérico Rosita para referirse al mismo concepto taxonómico que Contusotruncana,[6][7][8] ya que los especialistas occidentales ignoraron la definición del género Contusotruncana dos años antes por el autor ruso.
La mayor diferencia entre estas dos especies es la convexidad del lado espiral: Contusotruncana fornicata presenta un lado espiral poco convexo (concha de forma biconvexa) y Contusotruncana contusa muy convexo (concha de forma espiroconvexa cónica).
Rosita podría ser todavía útil para agrupar las formas más primitivas de este linaje.