Por esto se recomienda especialmente en pacientes con enfermedad cardiovascular detectada para disminuir sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
En diversos estudios científicos, se ha demostrado que la ECP alivia la angina, mejora la tolerancia a la actividad física y disminuye el grado de isquemia y enfermedad cardíaca según pruebas de esfuerzo.
La ECP es una técnica, desarrollada a través de un tratamiento que se extiende en promedio en unas 35 sesiones con un equipo diseñado inicialmente por el MIT y la Universidad de Harvard para prevenir y corregir las enfermedades cardiovasculares.
Aunque la 'contrapulsación externa' está en uso generalizado desde 1980, aún se están realizando estudios científicos para continuar comprobando las causas y los mecanismos que operan en su efectividad.
Centros Médicos de liderazgo mundial como: The Mayo Clinic, The Cleveland Clinic, Johns Hopkins Medical center, Texas Heart Institute, JKF Medical Center, BIMC New York city, University of California (San Diego), de ese mismo país cuentan con su centro de contrapulsación externa (ECP o EECP por sus siglas en inglés).
Se recomienda en particular para: La contrapulsación externa está generalmente indicada como un "último recurso" cuando otros tratamientos para la cardiomiopatía isquémica, como la cirugía de puentes coronarios, el cateterismo y el stent, no son viables.
Así las cosas, la contrapulsación externa tiene un mecanismo similar al del balón de contrapulsación aórtica puesto que incrementa la presión en la aorta mientras el corazón se relaja (en la diástole), e incrementa el flujo de sangre a las arterias coronarias, lo que también ocurre en esa fase.
No obstante lo anterior, no hay una guía universal en la frecuencia y la cantidad de las sesiones ya que cada individuo muestra un beneficio diferente y algunos podrían requerir de más sesiones.
Esto ha demostrado ser muy exitoso para mantener los beneficios del tratamiento, especialmente en pacientes con los síntomas más severos de la enfermedad cardiovascular.
Estudios han demostrado que la contrapulsación externa es un tratamiento seguro y efectivo para el tratamiento de la angina crónica, la frecuencia y la intensidad del dolor se reducen, muchos pacientes disminuyen sus medicamentos (usualmente nitroglicerina), mejoran su calidad de vida y pueden hacer ejercicio durante periodos de tiempo más largos sin experimentar dolor en el pecho.
Ese incremento en el flujo durante la diástole causado por la contrapulsación externa, promueve la formación o creación de nuevas arterias colaterales.
Así también, se liberan sustancias antiinflamatorias y hormonas que estimulan la formación de nuevas arterias.
El Sibia Medical Centre, en Ludhiana (India) utiliza además bandas en los brazos y han descubierto así más efectividad que únicamente en las piernas.