Pese a ser parte de la aristocracia local, su padre, sir Henry Gore-Booth, le inculcó desde joven una conciencia social que la marcó.
Durante su estancia en Francia, conoció al que sería su marido, el conde polaco Casimir Markievicz.
Fue encarcelada en 1918, junto con otros 46 candidatos republicanos, por protestar contra el reclutamiento forzoso de irlandeses en el ejército británico.
Constance fue elegida diputada por el Sinn Féin a la Cámara de los Comunes convirtiéndose en la primera mujer electa en el Parlamento Británico, sin embargo al igual que sus compañeros de partido rechazó ocupar el escaño.
En 1923 fue reelegida parlamentaria, pero rechazó una vez más tomar posesión de su escaño al negarse a reconocer el llamado Estado Libre Irlandés.
Sin embargo, falleció tan sólo un mes después a consecuencia de un cáncer.