Durante un sacrificio presidido por el rey Agesilao II, los augurios fueron muy malos.
Jenofonte indica que el adivino del rey previó "la más terrible conspiración"".
Varios días más tarde un hombre denuncíó la conspiración de Cinadón a los éforos: dijo que Cinadón le había ordenado contar a los espartanos entre la multitud, que eran alrededor de 4.000, de los cuales resultó que sólo 40 eran "pares": un rey, los éforos, la Gerusía y ciudadanos.
Así, Cinadón fue interrogado en el campo, donde reveló los nombres de los principales conspiradores que serían más tarde arrestados.
Entonces fueron atados, azotados y arrastrados por toda la ciudad hasta que murieron.