Consejo de Energía Suramericano

[1]​ Su establecimiento se dio en la primera Cumbre Energética Suramericana que tuvo lugar en abril de 2007 en la Isla Margarita del estado venezolano de Nueva Esparta.

[2]​ Este consejo nació por la voluntad política de unificar de estrategias integrales comunes que permitan en el corto y mediano plazo, potenciar los recursos y asegurar, junto a múltiples mecanismos, la soberanía y la auto-sustentabilidad, “potenciando el uso de recursos renovables, mitigando los efectos del cambio climático y asegurando el rol del desarrollo energético como elemento fundamental de inclusión y desarrollo social”.

(Poveda, 2015) La desigual distribución y el desigual consumo de los recursos en la región determina que la mitad de los países miembros sean importadores (Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Suriname y Guyana, de mayor a menor) y la otra mitad sean exportadores (Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Perú, de mayor a menor), pero si se toma a los doce países de la UNASUR como una unidad a partir de las políticas de integración, el balance energético indica que se trata de un bloque autosuficiente y que inclusive cuenta con saldos exportables (UNASUR-OLADE, 2012 y Consejo Asesor, 2012).

En cambio, buena parte de las iniciativas multilaterales no fueron concretadas aún debido a que prevalecen conflictos y diferencias de orden político, institucional y jurídico.

Proyectos como la Red de Gasoductos del Sur (que suponía la comercialización de gas peruano y boliviano en el Cono Sur) o el Gran Gasoducto del Sur (que proveería gas venezolano a toda la región), que interesaban especialmente a Argentina para asegurarse el suministro de gas natural por tierra en lugar de comprar GNL vía marítima -más costoso y menos seguro-, fueron descartados por el momento.

UNASUR.