Confesiones de un gánster de Barcelona

…Y permanente anfitrión en Barcelona (y donde quiera que haga falta la compañía protectora de un amigo con espaldas capaces de sostener el mundo).

Bajo el sol del mediodía me encontré con Dani, sonriendo y con los brazos abiertos.

Conducimos fumando con la mar a la diestra; dos palabras de mi compadre me dejan más tranquilo, lo sé adiestrado para bailar con la más fea y sobrevivir.

Pero sobre todo, hemos cometido errores en el transcurso de nuestra vida.

Quizá sólo quien es capaz de darse cuenta de su forma de actuar y dar un giro inesperado a su propia situación puede afirmar con voz firme y segura que ha dado un nuevo paso en su mundo interior.