Fue presidida por John Raleigh Mott, que en 1946 sería galardonado con el Premio Nobel de la paz.
Si bien fue considerada una conferencia mundial, los integrantes pertenecían principalmente a iglesias de América del Norte o del norte de Europa.
Las iglesias ortodoxas o la Catolicorromana no fueron invitadas a esta conferencia.
Finalizada la conferencia se decidió formar un Comité de seguimiento que daría origen posteriormente al Consejo Misionero Internacional.
Ya en el año 1888, en Londres, Inglaterra, se había organizado una reunión cuyo objetivo era aunar esfuerzos para transmitir la información de las actividades misioneras cristianas por todo el mundo.