Troncos ramosos, con ramificación intrincada frondosa y con espinas.
[1] Un espécimen fue recolectado en 1996 en Nemocón por Thomas van der Hammen, quien lo identificó como una especie diferente, no descrita.
Posteriormente recogió otros especímenes en la zona y se encontró uno en el Herbario Nacional, colectado en 1966 por Schrimpf en la misma área, rotulada como rosácea indeterminada.
Van der Hmmen describió el bosque seco en torno a esta especie.
[1][2] Los matorrales de Condalia thomasiana tienen una distribución muy restringida, en el enclave seco del valle del Checua en los municipios de Nemocón y Suesca y es urgente realizar acciones para proteger las poblaciones en buen estado, restaurar la estructura de las poblaciones remanentes y conectar a los individuos aislados estableciendo corredores ecológicos.