Concha Fernández-Luna Sánchez

Concha Fernández-Luna Sánchez (Lorca, 1915-1999) fue una escritora, bibliotecaria y traductora española.

En Madrid, trabajó como periodista y quedó finalista en el Premio Café Gijón.

En 1955 ingresó en el Cuerpo Auxiliar de Archivos, Bibliotecas y Museos, donde descubrió su verdadera vocación: escribir cuentos para niños.

Fernández-Luna publicó una reflexión titulada «Algunas consideraciones sobre literatura infantil» en el Boletín de la DGAB (Dirección General de Archivos y Bibliotecas), donde reivindicaba la calidad de la lengua utilizada en las traducciones y defendía que:«el libro literario infantil no puede ser, no debe ser, deliberadamente didáctico, aunque sí deba y pueda contener cualidades éticas, morales, formativas si se quiere, aparte de las artísticas y literarias y, naturalmente, ha de estar bien escrito en buen castellano […]».

[4]​ En 1962 ganó el premio Sésamo de Cuentos por El botones y el premio Lazarillo por Fiesta en Marilandia, título que la catapultaría internacionalmente en 1966 con el premio Andersen, en la lista de Mención Honorífica de los mejores quince libros, concedido en Liubliana durante el X Congreso del IBBY (The International Board on Books for Young People, por sus siglas en inglés).