Veinte años después Isabella (Fernanda Andrade) comienza a filmar un documental sobre exorcismos, para investigar más acerca de lo sucedido con su madre, para esto visita una escuela en Roma; ahí conoce a dos sacerdotes Ben (Simon Quarterman) y David (Evan Helmuth).
Ben encuentra a David en su casa, con sangre en sus antebrazos y los ojos volteados hacia la cabeza, al igual como estaba María durante el exorcismo.
Ben y Michael llevan a Isabella en un auto, tratando de ayudarla aplicándole un exorcismo.
Mientras Michael conduce, Isabella habla sobre el horrible acto que Ben cometió, asustándolo.
Éste instantáneamente muestra signos de posesión, acelera y chocan contra otro auto.
Lorenzo di Bonaventura y Steven Schneider llevaron la película a los estudios Paramount Pictures.
Es un lado a un viaje oscuro que bien vale la pena hacerlo"[7] Joey Leydon de Variety dijo " La película genera una buena cantidad de suspenso y franjas considerables en el momento del exorcismo" Además esta película es una dura crítica a la Iglesia católica, y aunque esta no ha pronunciado nada al respecto, se pronuncia como un filme antiepiscopal que generaría en muchos este mismo pensamiento.