Comunidades utópicas

Se contaba con el antecedente de diversos grupos religiosos (Cuáqueros, menonitas y otros) habían constituido comunidades autónomas.

No ocurre con otras investigaciones extranjeras que de una u otra forma se han acercado a dichas comunidades.

La reflexión nace tanto desde la historia, el pensamiento político, la sociología, la filosofía o incluso el derecho , siendo, según Ramiro, “la excusa perfecta para discutir acerca de política, arquitectura, cine, televisión, cómics, literatura, estética, ecología, planeamiento urbano, feminismo, crecimiento sustentable o sostenible, agricultura… ”.

Podríamos pensar, siguiendo la reflexión de Miguel Ángel Ramiro, que el carácter impracticable de las propuestas utópicas no es un rasgo ni suficiente ni necesario para que se pueda calificar a una determinada propuesta política o religiosa como utópica.

Según el antropólogo español Javier León, las comunidades utópicas están influenciadas desde dos ideologías diferenciadas: la política y la religiosa o espiritual.

A pesar de que desde la política y la religión siempre se han abordado las cuestiones utópicas, resulta difícil englobar en tan sólo dos modelos o ideologías las tan variopintas cuestiones por las que los utópicos actuales pretenden convivir de forma diferente.

Sírvanos como ejemplo el estudio realizado por Volker Peters y Martin Stengel en el ensayo “Eurotopia, Intencional Communities and Ecovillages in Europe” , donde se muestra la idea por la cual los utópicos acceden a convivir de forma diferente.

Según una extensa encuesta realizada por estos autores, los motivos por el cual los utópicos accederían a vivir en una comunidad se dividirían en los siguientes: De estos, algunos pretenden ser autosuficientes, el 32%, otros practican la dieta vegetariana o vegana, el 35%, el 26% pretenden la paz en el mundo, el 20% trabajan en políticas de izquierda siendo el 10% movimientos anarquistas.