[3] A través de la revisión del “síndrome del ciudadano activo” y de la teoría política, son tres las dimensiones que se observaron en un ciudadano cívico: obediencia, llealtad y participación.
[5] Lealtad organizativa: referida a aquellos comportamientos relacionados con la protección y defensa de la compañía.
Este tipo de conductas gana mayor relevancia en los ambientes dudosos y dinámicos en que se mueven las organizaciones hoy en día.
[11] Espíritu deportivo: Organ (1990) lo define como "la voluntad de tolerar sin quejas los inevitables inconvenientes e imposiciones del trabajo".
[13] Cumplimiento organizativo: Esta dimensión captura la internalización y la aceptación de las normas, reglamentos y procedimientos de la organización, lo que se traduce en un escrupuloso respeto a ellos, incluso cuando nadie observa o vigila su cumplimiento.
Por lo tanto, un empleado que cumple todas las reglas, es considerado como un "buen ciudadano" (Podsakoff, Mackenzie, Paine y Bachrach, 2000).
Estos comportamientos reflejan un interés o compromiso hacia la organización como un todo, de la misma forma que los ciudadanos son miembros de un país y aceptan las responsabilidades que ello conlleva (Graham, 1991 en Podsakoff, Mackenzie, Paine y Bachrach, 2000).