Durante la guerra se destacó el piloto Willy Coppens por derribar globos de espionaje alemanes mientras se producía la invasión a su país.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Fuerza Aérea Belga tenía tres escuadrones permanentes.
Esto hizo que la Fuerza Aérea Belga aumentara su tamaño de manera considerable, lo que le permitió, más adelante, vender material obsoleto a otros países.
El Componente Aéreo actualmente se compone de la 2.ª Ala Táctica en Florennes y la 10.ª Ala Táctica de Ataque en Kleine Brogel.
De los 160 F-16 adquiridos a Estados Unidos, solo 105 han recibido mejoras y modernización, por lo que se encuentran en condiciones para volar.