Comisión Británica del Fosfato

[1]​ Tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, Alemania se vio obligada a renunciar a todos sus activos territoriales en todo el mundo, incluida la isla de Nauru.

Nauru quedó bajo la tutela conjunta del Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.

En 1927, se llegó a un nuevo acuerdo, por el que los nauruanos recibían siete peniques y medio por tonelada.

En todo el control de BPC se obtuvieron importantes beneficios.

El primer europeo en recomendar la extracción de fosfato para la explotación comercial fue John Murray, un naturalista británico, durante la expedición Challenger de 1872–1876.