Suele admitir parámetros o argumentos de entrada, lo que permite modificar su comportamiento predeterminado.
Algunas de estas consolas son: En sistemas operativos tipo Windows, puede lanzarse el intérprete pulsando la tecla ⊞ Win+R y ejecutando la orden: cmd.
Por ejemplo la orden: DELETE *.TXT emplea un metacarácter * que permite seleccionar todos los ficheros con extensión "TXT".
En sistemas operativos tipo UNIX, hay que escribir el nombre del intérprete (bash, sh, csh, etc) para empezar a usarlo.
Para su localización, el intérprete los busca en una serie de directorios, en concreto aquellos que están indicados en la variable PATH.