Colisión Vía Láctea-Andrómeda

Es importante señalar que, pese a la violencia del evento, las colisiones entre estrellas serían muy raras debido a su gran pequeñez en comparación con la inmensidad del espacio que hay entre ellas —si el Sol fuera una canica de 1 centímetro de diámetro, Alfa Centauri (la estrella más próxima) estaría a alrededor de 300 kilómetros—.

Ya en 1959 se sugirió la probabilidad de que este evento sucediera, pero hasta recientemente no ha podido verificarse lo que ocurriría gracias al uso de simulaciones informáticas; las más recientes confirman este modelo —con diferencias como que, de acuerdo con dichas simulaciones, por entonces quedará poco gas en los discos de Andrómeda y la Vía Láctea, por lo que el mencionado brote estelar que se produzca será bastante débil; sin embargo, puede quedar el suficiente para producir un núcleo galáctico activo o incluso el mencionado cuásar al acumularse el gas en la región central—.

Lactómeda es el nombre que se ha dado a la galaxia resultante de la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda.

Un estudio reciente ha mostrado mediante modelos el aspecto que presentaría dicha galaxia, y muestra un objeto muy similar a una galaxia espiral gigante en aspecto y luminosidad, aunque su centro presentaría una densidad estelar mucho menor que la existente en ellas.

Esta galaxia representará el estadio evolutivo final del Grupo Local, incluyendo el resto de las galaxias de este, y llegará un momento en el que —junto a posibles galaxias satélite que pudiera tener— será el único objeto visible para hipotéticos observadores que puedan existir en ese lejano futuro.

Impresión de un artista de la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda.
Galaxia de las antenas. Este es posiblemente el aspecto que presentarían vistas desde lejos la Vía Láctea y Andrómeda mientras se alejaran la una de la otra.
Video de la NASA mostrando los posibles efectos de la colisión.