Adquirió celebridad internacional por su novela Gigi, de 1944, que fue llevada al cine por Vincente Minnelli en 1958.
Fueron estos años de escándalo y liberación moral en los que descubrió su bisexualidad, pues tuvo aventuras con varias mujeres.
También tuvo algunas amigas: las escritoras Helène Picard, que fue su secretaria, y Marguerite Moreno, esposa de Marcel Schwob.
Siempre con una agitada vida sentimental, Colette conoció a Henry de Jouvenel, un periodista, redactor jefe de Le Matin, con quien se casó en 1911 y tuvo a su única hija, que llamó en provenzal Bel-Gazou.
Colette colaboró en el periódico de su esposo, Le Matin, con diversos artículos y reportajes (hasta la Gran Guerra en Contes des mille et une matins).
Colette colaboró con el compositor Maurice Ravel, entre 1919 y 1925, para hacer la fantasía lírica L'Enfant et les Sortilèges.
La primera entrega salió en semanario Gringoire, pero el director recibió tantas protestas escandalizadas que no llegó a ver la luz la segunda.
Goudeket sugiere que lo realmente subversivo del libro era el no emplear un tono didáctico para hablar de temas escabrosos: en Estos placeres..., aborda comportamientos sexuales distintos de los más habituales sin dejar nada en la sombra.
Colette decidió cambiar de título al libro a Lo puro y lo impuro, dijo, porque le molestaban los puntos suspensivos.
Trató personalmente a Marcel Proust, y su epistolario mutuo es revelador de la cercana simpatía.
Existe una edición de sus Obras completas en español (Barcelona: Plaza y Janés, 1963, 2 vols.