Si bien representa un ejemplar de gran significación histórica, que se ocupa de asuntos relativos a la cohetería experimental (diseño básico, propelentes, diagramación del campo de lanzamiento, pruebas y seguimiento básico), su contenido ha sido ampliamente superado por los desarrollos científicos y tecnológicos actuales.
Stine fue el máximo impulsor del modelismo espacial con motores de fabricación comercial.
No obstante, en su tarea siempre se opuso a la cohetería experimental en la que todo (incluyendo el motor) es construido por el aficionado.
Al ser la cohetería amateur una actividad que involucra el uso de productos combustibles, deflagrantes o explosivos, los aficionados a este hobby deben aprender a manejar situaciones complejas o que pueden ser potencialmente peligrosas; a medida que el conocimiento sobre cohetes se fue volcando al dominio público, se han comenzado a desarrollar motores amateur relativamente seguros, con lo que esta actividad fue ganando en seguridad; pero esto es así siempre y cuando en las prácticas se sigan procedimientos perfectamente probados y consensuados.
Por ejemplo, la sociedad argentina ACEMA ha desarrollado recomendaciones prácticas básicas que pueden ser de utilidad para todos los aficionados.