Inventado por el científico francés Édouard Branly, el cohesor consiste en un tubo cilíndrico aislante, normalmente de vidrio, con sus dos bases cubiertas interiormente por dos conductores unidos a sendos electrodos externos.
El contacto con el aire oxida superficialmente las virutas del cohesor, lo que las aísla eléctricamente unas de otras.
A su vez, el relé golpeaba al cohesor para dejarlo en condiciones de detectar el siguiente pulso.
Un circuito secundario, alimentado por una pila y controlado por el relé, permitía tener pulsos de potencia suficiente para un zumbador.
El comportamiento del cohesor resulta, pues, ser digital, lo que lo inhabilita para funcionar demodulando señales de voz.