Es de color marrón o gris, a veces con bandas negras.
La cobra egipcia vive en desiertos y otros terrenos áridos, pero a veces se adentra en zonas urbanas.
Al estar amenazada, extiende su capucha de piel para intimidar, pero también puede abalanzarse hacia su agresor para propinar una mordedura venenosa, emitiendo antes un siseo.
Las hembras suelen poner entre 8 y 20 huevos en cada puesta, normalmente en nidos de termitas.
La cobra egipcia tenía gran importancia en el Antiguo Egipto, donde era utilizada como símbolo del faraón, representando también a la diosa Uadyet.