Clavo de fundación

En Mesopotamia, un clavo de fundación, clavo de consagración o clavo de dedicación es una pequeña escultura, usualmente en arcilla, que lleva textos inscritos en caracteres cuneiformes, que se embebía en las paredes de los templos o edificios para dejar constancia que eran propiedad divina del dios a quien estaban dedicados y dar solidez mágica a los mismos.

Se han encontrado en la casi totalidad de los templos del renacimiento sumerio.

Posteriormente habría representaciones de los gobernantes locales y hay casos con representaciones de animales.

En el Antiguo Egipto se utilizaban conos funerarios, en cierta forma similares, que utilizaban la base del cono, como superficie a escribir.

Estos clavos se cuentan entre los más antiguos documentos históricos conocidos.

Clavo de fundación de arcilla dedicado por Entemena, rey de Lagash, al dios de Bad-Tibira , c. 2400 a. C..
Clavo de fundación de cobre con la figura de un dios de rodillas, poniendo un clavo, con una dedicación de Gudea a Ningirsu.
Clavo de fundación dedicado por Gudea a Ningirsu para la construcción de su templo, el E-ninnu .