Fue hermano del escritor Charles Perrault, autor de cuentos tan célebres como Caperucita roja, La Cenicienta o La bella durmiente.
Entre 1673 y 1677 construyó para Colbert el castillo de Sceaux.
“Sus teorías radicales que anunciaron el nacimiento del racionalismo francés y que formaron parte del entramado de ideas de la Ilustración europea”.
La obra naturalista de Perrault se encuadra en la filosofía cartesiana, muy extendida en la época según la cual, los animales podían ser considerados como máquinas y sus órganos como las piezas cuyo engranaje explicaba las funciones vitales.
No obstante, Perrault era un cristiano convencido, y se negó a aceptar que tal maquinaria pudiera ponerse en marcha en ausencia de un alma que le imprimiera movimiento.