Así, ancló en el fútbol mexicano, brilló a luz propia, y consiguió un título.
Actualmente, aún es recordado en tierras aztecas como un grande; no por uno, sino por todos los equipos donde derrochó su clase.
Desde ese momento, Claudio empezó a ganarse a una afición que recuerda de manera especial un partido suyo contra el América (cuando el equipo se encontraba muy comprometido con la baja) donde los rayados golearon 3-0 con una brillante actuación del peruano, quien anotó dos goles esa tarde.
Antes de que ello ocurriera, los 'Diablos Rojos' ya habían cesado al técnico José Moncebaez, poniendo en su lugar a Ignacio Trelles.
Diez fechas después, sólo dos puntos separaban a América y León (co-punteros) del Toluca.
Para la mitad de la temporada 1977-78 se hace cargo del Atlas buscando evitar el descenso, objetivo que no consiguió.
Con el dolor del subcampeonato, Claudio decidió que la dirección técnica no era lo suyo y se retiró.