La cercanía geográfica y la convivencia de sus parcialidades en la Zona Norte del Gran Buenos Aires acrecentó la antipatía entre sus aficionados.
En un amistoso jugado en Villa Maipú, un jugador del Matador fracturó a Rodríguez, ícono de Chacarita, se armó una pelea entre los propios jugadores, y los hinchas de Chacarita y Tigre no se quedaron afuera enfrentándose también.
Sin embargo, cuando debían jugar dos partidos definitorios, las dirigencias de ambos clubes, preocupadas por posibles incidentes, les pidieron una tregua a ambas hinchadas.
El año 1983 estaba llegando a su fin, Chacarita y Tigre eran los favoritos, pero el fixture octogonal los hizo cruzar en cuartos de final.
"Los hinchas no estaban muy convencidos, pero finalmente se decidieron a firmar una tregua por un par de partidos del octogonal.
Volvieron a acometerse mutuamente en las inmediaciones del estadio donde también hubo incidentes con la policía montada que intentaba detener los intercambios entre las aficiones, dando paso a la fuerte rivalidad que se acrecentó con el paso de las décadas, convirtiéndose en uno de los clásicos del fútbol argentino más violentos.
[4][5][6][7][8][9][10] Para confeccionar la siguiente tabla se toman en cuenta todos los partidos oficiales reconocidos por AFA.