Las ruinas, que fueron descubiertas por el arqueólogo portugués Martins Sarmento en 1875, son los restos de una población amurallada con rasgos culturales celtas.
La citania se encuentra en lo más alto del monte, tal como ocurre con numerosos castros.
Anteriormente se pensaba que estas saunas eran construcciones de carácter funerario, crematorios.
La cámara interior, la sauna, servía para tomar baños de vapor echando agua sobre piedras calientes; la cubierta estaba formada por grandes losas a dos aguas y su extremo final era semicircular (a modo de ábside) y rematado por una falsa bóveda.
El balneario suroeste se conserva prácticamente completo, con la pedra formosa in situ.