Las patas son también proporcionalmente largas, con pezuñas alargadas y separadas, lo que le permite caminar sobre el barro sin hundirse.
El ciervo del padre David es conocido en chino como sì bù xiàng (四不象), "Ninguno de los Cuatro".
Tras largas discusiones diplomáticas, el emperador chino donó algunos ejemplares al embajador francés, mientras que la misma petición fue denegada a los representantes de Gran Bretaña y Alemania.
Los ciervos conducidos a Francia se reprodujeron con facilidad en los parques zoológicos y pronto alcanzaron la cifra de 24 individuos.
Cuarenta años después, otros 22 ejemplares fueron cedidos al gobierno chino y conducidos a la Reserva Dafeng, sita en los antiguos jardines imperiales, donde se ha formado una nueva manada.