[5] El Colonial Pipeline transporta gasolina, diésel y combustible para aviones desde Texas hasta lugares tan lejanos como Nueva York.
El día después del ataque, Colonial no pudo confirmar cuándo el oleoducto reanudaría sus funciones normales.
Los atacantes también robaron casi 100 gigabytes de datos y amenazaron con publicarlos en Internet si no se pagaba el rescate.
La escasez también requirió que el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta utilizara otros proveedores de combustible, y hay al menos otros cinco aeropuertos directamente atendidos por el oleoducto.
[9] Los expertos han afirmado que los ataques eran prevenibles, pero no se establecieron las medidas de protección necesarias.